"Yo soy como la luciérnaga que necesita la noche para brillar y vivir", Juan Carlos Aragón Becerra

lunes, 4 de julio de 2011

Mi tesoro lexicográfico

Estudiar, de buena mañana en pleno mes de Julio, las posibles entradas de una palabra en el diccionario, las múltiples definiciones de esa misma palabra y mil cosas más, aburre a cualquiera. Sobre todo, si ese cualquiera está deseando de darse un buen chapuzón y olvidarse de cualquier folio que contenga frases en prosa con una intención didáctica.
Al fin y al cabo, en los diccionarios no está todo claramente recogido, por más que Covarrubias quisiera abarcarlo todo; y, ni mucho menos, por más empeño que ponga la RAE en no quedarse rezagada en cuanto la evolución del léxico. 

Las palabras no sólo evolucionan con el paso del tiempo, consiguiendo que tengamos que sabernos su evolución desde el Latín hasta el español moderno. Los términos adquieren nuevos significados en la vida de cada persona. Yo, en cuestión de cuatro años, he aprendido significados muy variados. Jamás imaginé que la palabra cobarde podría tener tantas variantes aún significando lo mismo. Sinvergüenza, ha adquirido para mí un rostro propio; esa palabra estará siempre ilustrada en mi cabeza por más que yo quiera evitarlo y, a pesar de todos los individuos que pueda encontrarme y que deseen adjudicarse dicho término. 
He aprendido a relacionar conceptos al igual que lo hace un niño pequeño en su aprendizaje, soberbia irá siempre acompañada de pobre, porque me dan lástima las personas que se dejan llevar por dicho sentimiento sin pensar en cómo podrían ser las cosas mejores. 

Fraternidad, una palabra importantísima, irá siempre de la mano de amistad o viceversa, aún no logro saber cuál es el orden acertado. Por un amigo se hace todo, por un hermano mucho más. Son dos palabras que han calado profundamente en mi forma de ser, en mi cambio de actitud ante la vida. Quizás porque mi amor fraterno no me deja ver, muchas veces lo que me espera después de darlo o porque la meta que he esperado me ha decepcionado. Creo que puedo esperar a que fraternidad tenga, no sólo un puesto utópico, sino un claro pódium en mi tesoro lexicográfico
Y como antes he dicho, amistad, ha sido lo que he encontrado o dejado atrás en el camino. Pero, curiosamente, la palabra siempre ha venido conmigo de la mano; y eso, no es posible si alguien no ha estado empujándole por el camino para que no me la dejara atrás. 

Amor es una palabra de la que no puedo deshacerme (aunque a veces parezca que lo hago), puesto que me ha acompañado en todo momento, nunca ha estado fuera de mi diccionario, ya haya sido: platónico, fugaz, paterno, verdadero... Este término, es el más claro ejemplo de que cada persona adjudica distintas acepciones a una palabra. Y esta palabra, para mí ha sido más que importante, aunque empezara por la /l/ de "love", estaría en la primera página de mi diccionario; porque recoge muchas pasiones en mi vida.

No están todas las palabras que son, ni son todas la que están. Visto así, parece que soy una filóloga en ciernes, con un vocabulario bastante reducido, pero tampoco quiero hacerme pesada dando una clase de lexicografía lírica; entre otras cosas porque no tengo nada de lexicógrafa, ni mucho menos de poeta. Tan sólo quiero dejar una pregunta en el aire : ¿cuáles son las palabras más destacadas de vuestro diccionario particular?

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