"Yo soy como la luciérnaga que necesita la noche para brillar y vivir", Juan Carlos Aragón Becerra

martes, 24 de mayo de 2011

¿Qué importa lo que nadie opine sobre nosotros?

"Con cada vez que te veo nueva admiración me das, y cuando te miro más aún más mirarte deseo".

Eso es precisamente lo que me ocurre ahora mismo. Siempre que te miro, deseo hacerlo mucho más y no dejar de estar contemplándote nunca. Sería algo maravilloso ser lo primero que viese al despertarme y lo último al irme a la cama. Puedo conformarme con que, al menos, la mayoría de las veces eres lo último y lo primero que escucho.
Saber que es tu voz la que está al otro lado del teléfono y que cada vez que te diriges a mí es para decirme lo mucho que me quieres es lo que me da la vida y lo que me lleva a  mis silencios. Cuando me callo no es porque no tenga nada  que decir o porque me sienta incómoda. Mis silencios fuerzan tus "te quieros" y tus palabras de cariño.

Cada día que pasa necesito tenerte más cerca; porque me haces sentir fuerte, feliz, completa... ¿Qué importa lo que nadie opine sobre nosotros? Nada, no importa nada, porque nada ni nadie va a cambiar lo que sentimos el uno por el otro; porque ninguno somos influenciables y no haremos caso de obstáculos absurdos que no existen.

Deja de pensar tonterías y permíteme mirarte porque lo haré como si fuese la última vez que lo hiciera, aunque te tenga toda la vida delante para hacerlo.


Luciérnaga

miércoles, 4 de mayo de 2011

De mi puño y letra

Pensar o dejar la mente en blanco, son dos tareas realmente difíciles. La primera porque es inesperada, no sabes cómo ni por qué te ha venido "eso" a la cabeza y, precisamente, en este momento. La segunda lo es, tan sólo por la característica de inoportuna que posee la primera. 
Por esto es que, a veces, contestamos un "nada, no estaba pensando nada"; y no porque no lo hagamos, sino porque nos parece increíble estar pensando precisamente eso.

Yo muchas veces contesto con ese generalizado "nada", pero últimamente lo hago porque tengo que guardar mis pensamientos; dejarlos apuntados en un papelito para poder recurrir a ellos a la hora de escribir. Es muy egoísta no querer compartir mis elucubraciones con quiénes tengo a mi lado, pero tengo la certeza de que lo que pretendía decir en ese instante resultará mucho más verdadero a través de la música y las voces de dieciséis corazones o leído por quiénes deséis pasearos por mi espacio.

Y es que de mi puño y letra, puedo expresar los sentimientos más puros, reveladores, egoístas, oscuros, sensuales...
A partir de hoy lo único que tengo que saber es cuáles son los que quiero que se lean por la red y los que voy a defender a viva voz durante febrero en un escenario.

Luciérnaga