"Yo soy como la luciérnaga que necesita la noche para brillar y vivir", Juan Carlos Aragón Becerra

domingo, 7 de agosto de 2011

Cuentos

Semana de cuentos, de ingenio, de no saber qué escribir, ni para quién. Quizás porque cuando busco a alguien me cuenta el cuento perfecto para desentenderse de una moraleja moralizante o de un personaje malvado que persigue sin descanso a todo aquel que osa a decirle que no.

Pero quizás la falta de inspiración no se debe, como siempre, a que trabajo a marchas forzadas, con el tiempo pisándome los talones. Esta vez mi creatividad, se ha detenido bruscamente en el tiempo, en un tiempo de cuento, de hadas, de alcazabas árabes y lunas inmensas, de callecitas estrechas. Un tiempo, un mundo, en el que el olor de un jazmín impregnaba el empedrado por el que caminábamos; en el que elegir un camino u otro poco importaba. Allí no pretendía decidir a dónde ir porque tenía la mejor y única compañía que deseaba. Poco me importa donde voy a estar si es a tu lado: ¡graba esto en tu memoria y no lo olvides nunca!

Recorriendo esas calles, mojando mis pies en esas fuentes, oliendo sus aromas, tropezando en cada piedra, sintiendo el sol acariciando mi cara.. comprobé que escribir un cuento no es tan difícil. Pero ahora, esa es la única historia que sale de mi pluma, de mi teclado, y, por supuesto, es el único recuerdo que no abandona mi memoria.


Luciérnaga

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