"Yo soy como la luciérnaga que necesita la noche para brillar y vivir", Juan Carlos Aragón Becerra

lunes, 13 de junio de 2011

Un cayado para el camino

Dicen que tener detrás de la puerta un bastón para apoyarte y hacer tu caminar menos pesado, es la mejor inversión que puedes hacer. Y también suelen decir que dichos artilugios sólo son para quienes físicamente los necesitan; pero no puede haber un error más evidente como el de afirmar rotundamente eso. A veces, pretendemos hacer nuestro camino sin ningún apoyo, por nuestro propio pie y sin hacer parada alguna en ningún oasis. Somos así de prepotentes y es un error creerse autosufieciente, y más aún cuando tener un apoyo a tu lado día a día es lo más maravilloso e increíble que puede sucederle al ser humano.

Hace muchos, muchos años encontré un apoyo que nunca me ha abandonado, que siempre ha estado ahí; pero que, hace su propio camino y no puede estar atento a mis necesidades durante todo el viaje.
Hoy, sé que poseo un cayado que pretende hacer el camino a mi lado, sin sustituir a nadie porque el puesto que ocupa ahora ha estado reservado para él durante veinticuatro años.


Luciérnaga

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